Tengo muchas llamadas ahora.
Son todas como
"¿Sos Charles Bukowski,
el escritor?"
"Si", les digo
y me dicen que entienden
lo que escribo,
y algunos son escritores
o quieren serlo
y tienen trabajos tontos y horribles
y no pueden enfrentar la habitación,
el departamento,
las paredes,
esa noche.
Buscan alguien con quien
hablar,
y no creen que
yo no puedo ayudarlos
que no conozco las palabras,
no pueden creer
que a menudo ahora
me doblo en mi habitación
agarrándome la panza y digo
"Jesús, Jesús, Jesús, ¡no de nuevo!"
no pueden creer
que la gente sin amor
las calles
la soledad
las paredes
son mías también
y cuando cuelgo
piensan que me guardé
mi secreto.
Yo no escribo desde
el conocimiento.
Cuando suena el teléfono
a mi también me gustaría escuchar las palabras
que pudieran aliviar
un poco esto.
Por esa razón mi número
figura en la guía.
Charles Bukowski
24 jul 2009
14 jul 2009
ELLOS (EL PODER DE LA REPETICIÓN DISCURSIVA)
Ellos hablan, vaya a saber uno por qué, a veces es preferible el silencio a ese mar contaminado de sentimientos ajenos. Ellos fracasan al intentar hacer propias esas percepciones, olvidan que en realidad, no las creen ni las crean.
Evitan la tranquilidad de un suspiro sin palabras, viven en el vértigo de un pestañeo. Esquivan los momentos en que la paz los podría herir más que una daga, viviendo así en un continum de sufrimiento.
Ellos recitan sin decir, repiten lo que no razonan. Si frenaran por un minuto sus vidas, tomarían consciencia de la cantidad de discursos que pronunciaron en oposición a todo eso que ayer defendieron.
Un día todo es blanco, y el otro amanece negro. No hay permanencia en esas expresiones que arrojan al azar, en una especie de vómito verborrágico que escupe las voces de lo que nunca comprenderán.
Hay veces que desearía ponerles un freno, un pie en ese sendero por el que corren. Así podrían tropezarse y caer, quebrando sus huesos frágiles. Tal vez esa sea mi respuesta para estar sorda por un rato, tal vez sea su modo de crecer, puesto que el reposo silencioso los obligaría a abandonar su carrera en busca de lenguajes que nunca entenderán. Ellos deberían tener en cuenta que la repetición automática no es una manera de aprehender.
Evitan la tranquilidad de un suspiro sin palabras, viven en el vértigo de un pestañeo. Esquivan los momentos en que la paz los podría herir más que una daga, viviendo así en un continum de sufrimiento.
Ellos recitan sin decir, repiten lo que no razonan. Si frenaran por un minuto sus vidas, tomarían consciencia de la cantidad de discursos que pronunciaron en oposición a todo eso que ayer defendieron.
Un día todo es blanco, y el otro amanece negro. No hay permanencia en esas expresiones que arrojan al azar, en una especie de vómito verborrágico que escupe las voces de lo que nunca comprenderán.
Hay veces que desearía ponerles un freno, un pie en ese sendero por el que corren. Así podrían tropezarse y caer, quebrando sus huesos frágiles. Tal vez esa sea mi respuesta para estar sorda por un rato, tal vez sea su modo de crecer, puesto que el reposo silencioso los obligaría a abandonar su carrera en busca de lenguajes que nunca entenderán. Ellos deberían tener en cuenta que la repetición automática no es una manera de aprehender.
2 jul 2009
LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS
Moncho: Cuando uno se muere, ¿se muere o no se muere?
Don Gregorio: ¿En su casa qué dicen?
Moncho: Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
Don Gregorio: ¿Y su padre?
Moncho: Mi padre ... dice que de haber juicio final los ricos irían con sus abogados pero a mi madre no le hace gracia.
Don Gregorio: Y usted qué piensa.
Moncho: Yo... tengo miedo
Don Gregorio: Es usted capaz de guardar un secreto… pues en secreto, ese infierno del más allá no existe… el odio, la crueldad, eso es el infierno… a veces el infierno somos nosotros mismos.
Una película que habla del amor, de la política, de la sociedad, de la religión, del aprendizaje, de la rebeldía, de la traición, de la violencia, de la libertad, de la dignidad, del poder... en fin, que habla de la vida en todos sus aspectos.
Don Gregorio: ¿En su casa qué dicen?
Moncho: Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
Don Gregorio: ¿Y su padre?
Moncho: Mi padre ... dice que de haber juicio final los ricos irían con sus abogados pero a mi madre no le hace gracia.
Don Gregorio: Y usted qué piensa.
Moncho: Yo... tengo miedo
Don Gregorio: Es usted capaz de guardar un secreto… pues en secreto, ese infierno del más allá no existe… el odio, la crueldad, eso es el infierno… a veces el infierno somos nosotros mismos.
Una película que habla del amor, de la política, de la sociedad, de la religión, del aprendizaje, de la rebeldía, de la traición, de la violencia, de la libertad, de la dignidad, del poder... en fin, que habla de la vida en todos sus aspectos.
DANCER IN THE DARK
Suscribirse a:
Entradas (Atom)